Esa voz interior que me dice qué hacer

Vamos Laurita, dale, vamos, vos podés, volvete caminando de la facu, dale que son treinta minutos y 150 kcal menos, dale no seas pancha que el día está re lindo. Genial, seguí así que venís bien. No, no, no, no abras la heladera, ouch ya lo hiciste, bueno, no importa, no mires esa porción de pollo que se ve espectacular, no mi amor, no pruebes una cucharada de mousse de chocolate, no, regalale tu porción a tu hermana que la va a disfrutar más que vos. Concentrate y agarrá el tomate, no mires el dulce de leche, apartate de la miel ya! Vamos, vos podés, es sólo comida, nada más, no puede controlarte, o sí? Listo, basta, cerrá la heladera ahora antes de que tengas más tiempo para pensarlo. Abrí la botella de un litro y medio de agua... Riquísima, no? Seguí tomando hasta que el estómago no te de más, dale sin parar. Perfecto, ahora cortá el tomate en tantas porciones pequeñas como sea posible para que te dure más. Genial, listo, ya está, basta de sufrimiento por ahora. Una vez que terminaste, agarrá tu ipod y tirarte en tu cama a escuchar música hasta que te duermas y sea la hora de ir al gimnasio. Cerrá la puerta del comedor y de la cocina, sólo tenés permiso para ir al baño. No te desvíes del camino. Dale que ya lo hiciste ayer y antes de ayer, por qué hoy no? Aguantá, se viene el verano, los vestidos y los shorts, dale que tenés que estar bonita. Vamos, vamos, vamos...